El SÍNDROME SUBACROMIAL consiste en un proceso en el que el tendón del supraespinoso roza contra el borde inferior del acromion produciendo dolor al separar el brazo del cuerpo (este dolor aumenta al sobrepasar los 90º) y al llevarlo hacia detrás. Los pacientes acuden a la consulta refiriendo dificultad para levantar el brazo (lo cual les dificulta peinarse, comer, etc...) y llevarlo hacia la espalda (lo cual hace difícil el vestirse y, en el caso de las mujeres, abrocharse el sujetador). La solución quirúrgica consiste en limar mediante una fresa ese exceso de hueso para hacer sitio al tendón y evitar ese roce (acromioplastia). En ocasiones ese roce contínuo del tendón contra el hueso puede hacer que el tendón se rompa (lo que se llama una ROTURA DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES), por lo que además de limar el hueso (acromioplastia) deberemos proceder a coser el tendón roto (sutura del manguito de los rotadores).
Para ello realizamos una técnica artroscópica que consiste en colocar unos anclajes en el espesor del hueso, los cuales llevan enhebradas unas suturas. Al pasar dichas suturas por el espesor del tendón y, tras hacer un nudo corredizo, se consigue poner en contacto el tendón roto con el punto donde hemos colocado el anclaje, quedando así el tendón suturado. Creo que con unas imágenes y un video quedará más claro.



A continuación os muestro un vídeo donde se ve claramente explicado el proceso.







 
 
 
 Los MENISCOS son dos estructuras de fibrocartílago (externo e interno) en forma de C cuya función es adaptar la forma redondeada del fémur a la forma plana de la tibia. Tienen, por tanto, la función de amortiguador y de estabilizador de la rodilla. Además, en un corte transversal, hay que distinguir 2 zonas: la zona ROJA (es la zona periférica del menisco a la que llega sangre y tiene, por tanto, capacidad de cicatrizar) y la zona BLANCA (es la zona interna, sin sangre y sin capacidad de cicatrizar). 
 En primer lugar, no todas las roturas de menisco se operan. En nuestro Centro siempre le hacemos al paciente la misma pregunta: ¿tiene usted molestias que le impidan hacer una vida normal?. Si la respuesta es afirmativa, entonces nos decidimos a hacer una artroscopia (en caso contrario pautamos un tratamiento mediante reposo relativo, analgésicos y fisioterapia). Una vez que hemos decidido hacer la artroscopia, optamos por hacer una meniscectomía (quitar tan sólo la parte dañada) si la rotura es en zona blanca, el paciente es mayor de 40 años y la forma de la rotura hace imposible suturarla. De otra manera, siempre que hacemos una artroscopia de rodilla intentamos la sutura meniscal (sobre todo en roturas en zona roja y en pacientes jóvenes). El hacer una meniscectomía conlleva una recuperación del paciente más rápida, aunque tiene como consecuencia la posible aparición de una artrosis precoz al faltar un trozo de menisco, mientras que la sutura meniscal tiene una recuperación más lenta (hay que darle tiempo al menisco a que cicatrice), pero se evita la posible aparición de una artrosis al conservarse todo el menisco.